C e I P Huerta del Carmen, Sevilla

En este colegio durante el curso 2021 22 han existido varios problemas graves, muy graves, me gustaría desarrollarlos a continuación para que, si vas a escolarizar allí a tu hijx, puedas tenerlo en cuenta y te sirva de ayuda. Es importante avisar que las personas implicadas fueron la directora y la maestra de tres años llamada Pili. A día de hoy la dirección parece ser que ha cambiado, la maestra sin embargo sigue ejerciendo de docente, con el grave problema y consecuencias que sus formas de educar producen en la infancia. Exigen un control de esfínteres total, no hay negociación posible con su directora ni su maestra. Dejan a los peques totalmente mojados con sus excrementos hasta que un familiar pueda ir a limpiarlos, aislados en una esquina de la clase con la humillación a la infancia que esto supone. Ni tan siquiera permiten que asistan con pañal y que vayas a cambiar el pañal sucio, quieren verlos con la ropa mojada y sucia porque, palabras textuales de la directora diciendo que es una forma de aprender. Ojo, solo es necesaria una pequeña investigación en internet (actualización profesional) para descubrir grupos de familias y médicos que explican la evidencia científica y los problemas que esto puede generar a esa edad. Ninguna ley a nivel estatal ni autonómico defiende estas prácticas irresponsables. En este centro no respetan los derechos de la infancia. En este centro, el personal necesita informarse, actualizarse y no gestionarlo todo como harían en cualquier colegio hace cincuenta años. Desde un primer momento, negarán el derecho de tu hijx a la escolarización y te invitarán a abandonar el centro ya que un niñx que no controla los esfínteres ni sabe limpiarse por si mismo, para ellas, no debería asistir a su colegio. Obviando que están negando el derecho a un niño. Muchas otras cosas (desidia, falta de comunicación, faltas de respeto, información inexistente, etc.) y los dos ejemplos anteriores, fueron parte del maltrato que sufrió durante ese curso mi familia y que nos obligó a sacar a nuestro hijo de ese colegio, en el que entramos con mucha ilusión. A día de hoy no he recibido ninguna llamada de la maestra mostrando la más mínima preocupación ni interés. Si todo esto ocurriera en un geriátrico con personas de la tercera edad, ahora lo estaríamos viendo indignados en los telediarios de todas las cadenas de televisión, pero al tratarse de la infancia nadie se hará eco del problema, que es realmente grave, no podemos permitir que estas personas lo sigan haciendo. Espero que os sirva nuestro testimonio. Hemos procurado actuar a través de todos los mecanismos oficiales que hemos considerado, pero creo que este medio es el más efectivo para dar a conocer el problema y respetar a la infancia de cara al futuro. Ojalá nuestra nefasta experiencia sea de las últimas.