alcar garaje alberto laredo

Alquilamos una furgoneta para un traslado y después de pagarla, sacarla del oscuro garaje y empezar a usarla, vimos el estado deplorable en el que estaba. Manchas de grasa que estropearon algunos muebles, suciedad varia, la plataforma elevadora dejaba charcos de grasa allí donde la aparcabas y el tornillo que estaba suelo erosionaba el metal y dejaba una montaña de polvo. Tuvimos que hacer el traslado así porque ya era el último día que podíamos quedarnos en el piso, de manera que cuando reclamamos, nos dijeron que como habíamos hecho el traslado, que todo estaba bien y no nos devolvían el dinero. El dinero me da igual, pero quería dejar en evidencia este tipo de negocio que creo que hace flaco favor a las pequeñas y medianas empresas que tratan de dar buen servicio en lugar de de estafar a la gente.